Cuento No. 8: ¿CÓMO SABER QUE UNO ES? El cuerpo emocional
- Paulina Villegas
- 20 nov 2022
- 4 Min. de lectura

El cuerpo emocional se encarga de procesar, clasificar y calificar las sensaciones que recibe el cuerpo físico, a través de los cinco sentidos, para luego convertir esas sensaciones en emociones. El proceso es el siguiente. Esas emociones, procesadas, clasificadas y calificadas, se envían a la mente para que las filtre de acuerdo a tu sistema de creencias, patrones, modelos, traumas, etc; y de esta forma la mente produzca el sentimiento “adecuado” que deberás sentir y experimentar en ese preciso momento.
Si las emociones son desagradables, lo más probable es que experimentes sentimientos negativos, asociados a una experiencia vivida antes que valoraste como indeseada. Si por el contrario esa emoción es agradable lo más seguro es que la combines con una verdad o comprensión, lo que te hará experimentar un sentimiento positivo. Cuando ya “sientes” los sentimientos entras en un estado bajo el cual estás listo para actuar y tomar decisiones. He aquí la importancia de conocer tu cuerpo emocional.
Ahora bien, todos tenemos un sistema de valoración de los estímulos que experimentamos, y esa valoración la hacemos en función de lo que deseamos y de lo que rechazamos en la vida. Esta valoración tiene que ver con tus experiencias previas, pero también tiene que ver con tus aprendizajes, con tu educación, con lo que has decidido creer, tu personalidad, entre otros aspectos. Lo chévere del asunto es que podemos educar y reeducar nuestro sistema de valoración.
Es bien interesante ver, por ejemplo, como de acuerdo al eneagrama y según tu tipo, tu tienes una emoción asociada que puede definir un poco el patrón de tus reacciones frente a ciertas situaciones. Te muestro.

Conocer el cuerpo emocional no es tarea fácil, porque nos han enseñado que sentir no es racional. Que sentir es una pérdida de tiempo y energía que no conduce a nada, así que “ocúpese en algo y hágase la loca”. Pero cuantas situaciones nos evitaríamos si nos permitiéramos sentir. Te aseguro que la vida sería menos dramática, por paradójico que suene.
Como siempre, en este espacio, yo te contaré lo que yo he hecho para conocer esa parte de mi y lo que he aprendido. Lo primero fue entender con total claridad mi tipo de personalidad espiritual según el eneagrama. (Y ojo el eneagrama se puede leer desde lo psicológico o desde lo espiritual y en ocasiones los resultados son diferentes). Reflexionar cómo esa emoción en su polaridad negativa había estado presente en mi vida y qué la detonaba, a su vez que revisar el tipo de comportamiento al que me inducía. Esto fue super clarificador para mi propio proceso.
Luego, comencé a permitirme sentir todo lo que sentía. “Positivo y negativo”. Y al sentirlo y dejarlo salir me pregunto (y lo digo en tiempo presente porque es una herramienta que sigo usando) ¿Qué es lo que estoy sintiendo? Para mí es muy importante definir con total claridad lo que siento. En mi estudio juicioso sobre este tema he encontrado que las emociones pueden abarcar un mundo de más de 250 palabras y definiciones. Es por ello que me ocupo mucho en identificar con absoluta claridad lo que estoy sintiendo. Me pregunto, por ejemplo: ¿esto es rabia? ¿O es frustración? ¿O es desilusión? ¿O tal vez impotencia? Mira que, pese a que todas puedan ser englobadas en “ira”, cada una cuenta una historia diferente. Esa historia tiene que ver todo contigo. Y es ahí donde realmente se hace el trabajo para conocer este cuerpo tan maravilloso y bello como es el cuerpo emocional.
Porque luego de identificar realmente la emoción que sientes y darle su verdadero nombre, sigue el ¿por qué siento esto? Y…. ¡Wala! Se hace la luz. Empiezas a ver la creencia, el trauma, el pensamiento, el patrón que debes trabajar para dejar de filtrar tus sensaciones con eso que distorsiona lo que pasa en el aquí y el ahora.
Otra herramienta que me ha servido mucho en este camino de conocer este cuerpo emocional, es la herramienta de comprender mis trampas vitales. Ahora bien, para quien me lee y nunca había escuchado el concepto le cuento que significan. Las trampas vitales son patrones disfuncionales –auto saboteadores- de pensamiento y emoción que se iniciaron a una edad temprana y se reiteran a lo largo de la vida. Toda trampa vital tiene asociada a sí misma una o dos emociones fuertes que se detonan cuando recibes un estímulo del ambiente que te lleva a vincularlo con ese “trauma infantil” no superado.
La verdad es que al principio cuesta mucho verlas y hacerse cargo. Pero con el pasar del tiempo se convierten en una herramienta maravillosa para gestionar tus acciones y reacciones frente a las cosas que pasan en tu “realidad”. Es muy bonito. Yo ahora me pillo queriendo caer en esa trampa vital y me río y me digo: “Ehhh no. Amiga esta es una nueva situación y no tiene nada que ver con eso que sucedió en el pasado. No se trata de… ese abandono, esa privación emocional, esa exclusión social, etc… Revisa que es lo que realmente está sucediendo en este momento y eso de ahora como te hace sentir”
Como ves, no es un trabajo sencillo. No es algo que se haga en un día, ni en un fin de semana, ni siquiera en un mes o un año. Es un trabajo permanente de todos los días, porque somos seres sintientes y las emociones son un universo grandioso que nos permite entender cómo estamos validando las experiencias presentes y, más importante aún, es que nos ayudan a transitar el camino más acorde a nuestro plan del alma. Básicamente nos dicen, por aquí sí o, redirecciona porque por ahí no es.
En la parte de souvenirs vas a encontrar un archivo en Excel que te ayuda a evaluar las trampas vitales y a ver cuál o cuáles tienes más presentes en tu vida. Te pido estar super atenta porque en la maestría de ser tú hay un módulo que trabaja este tema puntual y otro que trabaja sobre las emociones llamado el lenguaje emocional del alma.
Por último y como soporte a ese souvenir te paso a listar las emociones asociadas a cada trampa vital para que tengas un insumo más.
Por lo pronto me despido y te espero con el próximo cuento donde abordaremos el cuerpo energético. ¡Creo que ahí nos quedaremos un buen rato!
Mi Almazo.
Pauli






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