CUENTO No. 25: HISTORIA DE UN ALMA Cap. 2 ¿Quién soy?
- Paulina Villegas
- 19 mar 2023
- 5 Min. de lectura
Hay una ley universal que dice: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”. Durante mucho tiempo trabajé con y en el sector empresarial, y puedo asegurarte que todo mi trabajo siempre estuvo permeado por algún plan. El plan estratégico, el plan de negocios, el plan de innovación. Nuestro sector empresarial necesita de un plan para saber hacia dónde va y cómo enfilar sus acciones y recursos a ese propósito. Y, si así es el mundo empresarial, nosotros, que en realidad somos las empresas que formamos, ¿No tenemos ningún plan?
Pues resulta que sí. Nuestra Alma tiene un plan y lo tiene desde antes de que nos diéramos cuenta. Entonces luego de recordar, comencé a indagar y probar muchas cosas para descubrir eso, mi plan. Y algunos dirán “pero esta vieja tan intensa, para qué conocer el plan, como es de bueno vivir así sin saber” Y podrán tener razón, la cuestión es que yo necesitaba saber.
Desde hacía algún tiempo venía estudiando Kabalah y conocía el Árbol de la vida, pero era muy complejo para mi entender como ese “garabatico” podría decirme algo de mi plan del Alma. Ahora sé que ese no era el momento y debía estar más preparada.
Todo tiene su momento, ¿recuerdas?
Pues bien, un día apareció el “aha moment” y pude comprender, a través de eso que conocía desde hace algún tiempo, como levantar, entender y leer el Plan de un Alma. Ese instrumento me permite usar 3 herramientas que muchos de ustedes ya conocen o las han escuchado. Una, es el Árbol de la vida, otra, la astrología y, la última, el tarot. Aunque en realidad fue la segunda. La última fue la astrología y siempre dije que era demasiado compleja para meterme en ella. Pero ya ves, lo que te pica, te aplica, y aquí estoy.

El Árbol de la vida ha existido desde el principio de la historia y simboliza la fuerza de la vida y los orígenes de la misma. El más antiguo que se ha encontrado data del año 7.000 a.c. y se halló en Turquía. Muchas personas piensan que el Árbol de la Vida es netamente cabalístico, pero en realidad es un símbolo universal que ha aparecido en muchas culturas alrededor del mundo y, en todas, su significado profundo es la fuente de la vida.
El Árbol de la vida es un patrón íntimamente ligado a la naturaleza y nos sirve como un camino de evolución personal y crecimiento espiritual. Ahora bien, tanto el Árbol de la vida como la carta natal (en Astrología) representan mapas de la naturaleza reflejados en el interior de las personas y sus sucesos correspondientes. Ambos mapas de la “personalidad” nos sirven para el autoconocimiento y el trabajo de crecimiento que vinimos a hacer a este planeta.
En la carta natal podemos ver el desarrollo de la personalidad y en el Árbol de la Vida el propósito de la encarnación actual del alma. La primera nos da los “por qué” y el segundo nos dice los “para qué”. Ambos nos permiten tener la posibilidad de materializar, mediante gráficos geométricos, la información que se encuentra en la realidad exterior la cual, como fractal, refleja la naturaleza interior de las personas.
El tarot por su parte es el eje narrador de la historia y nos permite comprender los mensajes cifrados que tienen estos mapas. Esta bella herramienta nos sugiere algunos como y nos muestra, a manera de espejo, lo que no queremos ver dentro de nosotros.
Pues bien, esta es la historia de un Alma que le dio por indagar sobre sí misma, su existencia y su camino. Al encontrar este plan me di cuenta, que, como el plan de una empresa, hay una Mega (Meta grande y estratégica – lenguaje empresarial) que en nuestro lenguaje es el propósito de encarnación. Se establecen programas (lenguaje empresarial) que definen las áreas de atención prioritarias para llevar a cabo el plan en esta encarnación; y se cuenta con unos recursos que nos ayudan a llevar a cabo el plan de una forma “idónea”. Nosotros, por nuestra parte con nuestro libre albedrío, ponemos la cerecita del pastel definiendo los proyectos y las metas que aterrizarán la misión; y esto lo podemos hacer de forma consciente o inconsciente.
Voy a usar un ejemplo (propio para mi edad) para mostrar cómo es este “juego” en el que se traza ese Plan del Alma. Voy a usar el video juego de Mario Bross. El video juego tiene unas reglas generales que todo jugador, si o si, debe cumplir. En el plan del alma son las reglas o principios universales que existen (así las conozcamos o no) y está en nosotros aceptarlas o luchar contra ellas.
Así mismo. El juego tiene un destino que sería completar el nivel del juego y en nuestro plan es el trabajo que venimos a realizar, gústenos o no nos guste; pero el juego nos da el libre albedrío, que es la forma personal de jugar el juego. Es decir, si hay un plan que tiene como propósito “pasar el nivel” (Destino que tiene esta encarnación); pero nosotros decidimos como queremos jugarlo.
Hace poco veía un Reel, de una chica que sigo en Instagram, diciendo que herramientas como la carta astral y el eneagrama no son más que nuevas etiquetas que nos ponemos para evitar lidiar con la incertidumbre. Reel que tuvo muchos comentarios, algunos a favor y otros en contra. A mí personalmente me dejó pensando.
Yo uso herramientas como el eneagrama, además de otras más, para comprender aspectos de la personalidad de las personas que acompaño; y he visto como el proceso que realizo con cada persona es transformador. De verdad que veo que pasan cosas.
Alguien en estos días me escribía literalmente:
“Por eso vuelvo a ti, después de 5 meses gracias a todo lo que hicimos, soy feliz ahora…”
y aquí entre nos, la verdad es que yo no hago mucho. Solo cuestiono, pongo tareas (muchas) y entrego perfiles.
Ahora ¿Dónde está la magia? De lo que me doy cuenta es que vivimos la vida sin aceptarnos. Sin reconocernos, sin amarnos. Eso hace que nos veamos equivocados todo el tiempo y pensemos que algo está mal con nosotros. El proceso de reconocer ciertos parámetros de conducta en ti y verlos como, pues sí, es que así soy y eso es perfecto para el desarrollo de mi plan, libera a las personas y les ayuda a abrir el corazón y la mente a la posibilidad de que cuestionar su valía es una completa pérdida de energía y tiempo. Ya tenemos todo lo que necesitamos para expresar nuestro potencial y llevar a cabo nuestro plan; y nuestras sombras y virtudes son perfectas para ello.
Usar estas herramientas para etiquetar al otro y tratar de descifrarlo sin darnos la oportunidad de conocerlo, para mi si es un desperdicio de energía y una forma de control que no aporta para nada a la experiencia de la vida. Usarlas para dejar de invalidarnos, dejar de buscar la perfección queriendo parecernos a otro, abandonar la idea de que todos somos iguales y debemos seguir el mismo camino, es una forma inteligente de honrar nuestro proceso.
Yo empecé por conocer “quién era yo” a través de diferentes herramientas que me permitieron identificar dónde estaban mis fortalezas y mis “debilidades” pero luego debí completar ese panorama con el Plan de mi Alma para entender el para qué tenía esas fortalezas y esas debilidades y cómo debía usarlas de forma inteligente en aras de seguir el plan.
Hoy me doy cuenta que no soy Sandra Paulina Villegas Montoya, hija de, esposa de, coach, blablablá… soy un fractal de una consciencia cósmica “superior” queriendo vivir “una experiencia en la materia” que le permita expandirse, crecer, evolucionar y nutrir esa fuente de la que todos somos parte. Para vivir esa experiencia debo ser humana y experimentar esta condición con todos sus matices, en el marco de mi propio plan. El hecho o la oportunidad que tengo de comprender ese carácter “espiritual” le ayuda a mi humanidad a no sufrir la vida, a ayudar en el desarrollo del plan y a pasársela bomba porque esto también pasará.
Pauli





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