Cuento No. 12: Los llamados del Alma ¿Cómo saber que estoy recibiendo un mensaje de mi Alma?
- Paulina Villegas
- 18 dic 2022
- 7 Min. de lectura
Nuestra Alma todo el tiempo está queriendo comunicarse con nosotros y de esta forma ser la brújula que oriente nuestro camino en esta vida. Y a mí me suena muy lógico ya que ella fue la que trazó el plan¹ antes de nacer, por lo tanto, sabe que camino quiere seguir. Ahora la pregunta es: ¿Por qué no la escuchamos? ¿Por qué no nos damos cuenta? Y mi respuesta es que se nos ha enseñado tanto a seguir nuestra mente que no vemos con claridad cuando el Alma nos manda un mensaje y mucho menos sabemos cómo decodificarlo. En el cuento de esta semana quiero compartirte algunas de las formas que yo uso para reconocer los llamados y ponerme en la tarea de comprender el mensaje.
La clave más importante que hay que tener en cuenta en este proceso es la de comprender esta gran verdad: “Como es adentro, es afuera”. Todo lo que nos pasa en la vida o lo que pasa y nosotros quedamos inmersos, unido a la “emoción” que provoca eso que nos pasa, es un reflejo perfecto de nuestro ser interior. Es por ello que estar atentos a los acontecimientos, y nuestras sensaciones en respuesta a ellos, es la clave más importante para ver los llamados y leer los mensajes.
Basada en lo anterior, quiero sugerirte algunas prácticas que te van a permitir “ver” con toda claridad el llamado.
Sintonizar con tu cuerpo físico. Aquí tengo dos formas de ver los mensajes. La primera es atender las sensaciones físicas que se presentan ante ciertas situaciones (por ejemplo, a la hora de tomar una decisión, realizar una acción específica o estar/entrar en contacto con alguien). Sé que lo has sentido. Vacío en el estómago, ganas de vomitar, una punzada en el abdomen, escalofrío. El cuerpo nos avisa a través de las sensaciones cuando estamos alineados en el camino que nos corresponde y cuando no. Poner atención a esas sensaciones es super importante porque cada cuerpo tiene sus formas de “hablar”, no todos los cuerpos siguen el mismo patrón. Y cuando comienzas a entender tus formas cada llamado se vuelve un mapa para redireccionar o estar en el “lugar” correcto.
La segunda forma en la que mi cuerpo me muestra el llamado del Alma es a través de síntomas, dolores o enfermedades. De esto te hablé un poco en el cuento pasado.
Seré totalmente honesta. Yo no decodifico cada dolorcito que tengo, ni cada síntoma, ni cada molestia. Creo que enloquecería. Yo me concentro en temas que son reiterativos o que me mueven mucho a nivel emocional. Te voy a poner un caso muy específico. A mediados del año 2022 me encontraron nuevamente miomas (digo nuevamente porque hacía ya más de 10 años que pase por un procedimiento de miomectomía abierta). En un principio dije ok, otra vez (y torcí los ojos) pero no me inquieté mucho. Lo básico, debes estar en seguimiento. Días después y como parte de ese chequeo general me encontraron la tiroides un poquito alta (situación que también se había manifestado en el pasado, que no era grave de tomar medicamento, pero que igual era tema de seguimiento, y ahí dije… ehhh qué quieres decirme señorita). Días más tarde y como parte de ese mismo chequeo general me tuvieron que hacer biopsia de seno por alta sospecha de malignidad. ¡Y ahí si dije… un momento! Estas tres cosas están hablando y quieren darme un mensaje muy específico que debo atender porque la verdad no quiero enfermar seriamente.
Efectivamente el Alma quería darme un mensaje claro y contundente. Con decirte que lloré más con el mensaje que con los mismos diagnósticos. Fue hermoso decodificar el mensaje y ver como mi alma me daba plazos para hacer la tarea que me correspondía. Todos los 3 síntomas daban un plazo de 6 meses para ver cómo evolucionaban. Plazo que mi Alma me estaba dando para hacer lo que correspondía y alinearme en el camino indicado.
En una de mis charlas conté esta historia y alguien me dijo: “Pauli, porque no enseñas a decodificar los mensajes. Es que tu lo haces ver tan fácil. Siempre dices, me senté juiciosa y comencé a decodificar y entendí. Pero por ejemplo para mí no es tan fácil”. Espero que este cuento y el que sigue te den mayor claridad de como hago. Y pues si es necesario sacar un curso para mostrar de forma muy gráfica y detallada como lo hago, entonces atenderé el llamado y responderé. Por ahora quiero que veas esta forma de conectar para atender los llamados.
2. Observar patrones de repetición. Hay situaciones que se repiten en la vida. Normalmente se dan en diferentes contextos, e incluso con diferentes personas, pero la situación de fondo pareciera ser la misma. A esto yo le llamo repetir la materia. Cuando hay patrones de repetición indudablemente hay una llamada del alma que está entregando un mensaje. Te doy un ejemplo. Una amiga muy querida tenía la siguiente situación. En cada empleo que ella estaba siempre la ascendían para liderar personas. Cuando eso ocurría, ella decía es que a mi no me gusta “ser jefe” y buscaba trabajo y renunciaba. Llegaba al nuevo trabajo y le pasaba exactamente lo mismo, y ella también hacía lo mismo. Esta situación sucedió con 4 empleos totalmente diferentes en empresas distintas y un día se dijo. Eh… Esto es muy raro, ¿a qué me estoy resistiendo y qué debo aprender? ... Fue muy bonito ver todo su proceso. Otra situación que veo mucho es en las relaciones de pareja. Personas que cambian de pareja con frecuencia tratando de encontrar “el o la perfecta” y siempre llega alguien muy similar al anterior.
Todo patrón de repetición trae un llamado y su respectivo mensaje.
3. Ver más allá de las coincidencias: soy, de las locas convencidas que todo tiene un propósito. Nada es casualidad, sino causalidad. Ahora, digo locas porque buscar en cada instante el propósito profundo de la situación puede llegar a enloquecer, y la verdad es que no lo hago. Si así fuera me perdería la alegría de vivir y disfrutar el momento presente. Pero… cuando veo que hay unas cosas que se repiten o cosas que no fluyen, o cosas que llegan en el momento indicado y preciso sin hacer nada por ello, ahí si digo. Memonto (momento)… aquí hay algo “raro”. Te pongo un ejemplo. Hace algunos años, cuando comencé a imaginar “un espacio/marca” para desarrollar mi actividad de coaching, entré a practicar yoga cerca a mi casa. Allí conocí una chica que recién llegaba también a practicar y nos dimos cuenta que vivíamos cerca. Así que nos íbamos juntas y regresabamos juntas. En una de esas conversaditas, le conté de mi vida, lo que quería hacer y que necesitaba a alguien que me ayudará a crear la marca y abrir redes sociales. Esta mujer hermosa me contó que era publicista y que estaría feliz de ayudarme, siempre y cuando la acompañara en su propio proceso, es decir que fuera su coach. ¡Fue muy bello coincidir y lograr un intercambio hermoso! Por ahí dicen “pide y se os dará”… solo hay que estar atento a las señales.
4. Entrar en la espiral de las sincronías: Una sincronía es una coincidencia de dos o más fenómenos a la que se suma un significado común. (Soler, 2015) Para ver las sincronías debes estar conectado a la abundancia que ya tienes y al momento presente. Si estás mirando el futuro, y además lo miras con carencia, con necesidad, es muy difícil lograr ver las sincronías de la vida. Te voy a contar un caso en el que entre en esa espiral de sincronías. Desde hace ya varios años deseaba tener una mascota. Más exactamente un perro – bulldog francés. Pero no se daba porque mi esposo no quería mascotas. Un día alguien me habló de su gato y la experiencia tan hermosa que tenía con ese ser. Y yo me dije… Pues si no es un perro puede ser un gato y lo tengo en mi “oficina”. Como los gatos son tan independientes no habrá problema. Ese mismo día me puse a averiguar todo para adoptar un gato y me di cuenta que un ex alumno tenía una foto de gatitos bebés en su perfil. Le pregunté y me dijo… si quieres un gato te lo regalo. Un mes después llegó Salomón a mi vida. Mi esposo se enamoró de este pequeño y con el tiempo adoptó una perrita que solo estuvo 4 meses con nosotros porque murió. Un amigo de mi esposo se dio cuenta de la pérdida y decidió poner a sus bulldog francés a criar. 4 meses después llegó el bulldog francés a la puerta de mi casa como regalo, luego de 4 años de haberlo pedido. Así funcionan las sincronías, como una red en el no tiempo que, sí estás alerta, podrás ver como una cosa lleva a la otra y sin darte cuenta lo que deseabas desde el corazón llega a ti sin esfuerzo.
5. Mindfullness: de forma intuitiva, estoy segura, sabrás que la única forma de conectar con ese llamado/mensaje del Alma es estando presente para ti. Nuestra mente tiene la facultad de estar divagando todo el tiempo, por lo tanto, es muy común que nos lleve a estar concentrados en lo que pasó o en lo que pasará. Cuando le pedimos que se concentre en el presente le estamos diciendo que preste atención a todo lo que estás viviendo aquí y ahora y eso, por supuesto, demanda mucha energía y una gran voluntad. Te voy a poner un ejemplo muy simple que a todos nos ha pasado al menos una vez en la vida. Resulta que tienes una reunión por fuera de casa. Te organizas, pensando en la reunión, recoges tus cosas, pensando en la reunión, cierras la puerta pensando en la reunión, te subes al ascensor o al carro, pensando en la reunión. Y por un segundo piensas… hay… ¿Yo si apague el gas? O ¿Yo si cerré bien la puerta? Paso seguido te devuelves a corroborar si sí hiciste eso porque no estás seguro ya que te “encontrabas en otro lugar”. Imagínate que en ese momento en el que estabas pensando en la reunión tu alma te hubiera mandado un mensaje. Estoy segura que ni te habrías dado por enterado porque… no estabas ahí para recibirlo. La clave fundamental para recibir los mensajes del Alma es querer recibirlos, pero inmediatamente después de querer, entrar en sintonía para verlos cuando se presentan. Es decir, estar presente todo el tiempo para ti.

Creo que por ahora esto puede ser todo. En el próximo cuento del camino te compartiré algunos trucos que tengo para profundizar en el mensaje y recibir la información. Por ahora, ve practicando estas formas de conectar con tu Alma para recibir sus mensajes.
Te abrazo.
Pauli
¹ Cuando digo plan me refiero al Plan de tu Alma o a tu programa de vida. Si quieres ampliar esta información te recomiendo que leas los libros de Robert Schwartz: El Plan de tu Alma y el Don de tu Alma, para comenzar.





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